CUARTETO EN MI BEMOL

(1903, Bruselas)

TRES OPINIONES

“Durante el Congreso Internacional de Música en Roma en el año de 1911. Julián Carrillo presentó una tesis que fue aprobada por unanimidad, exponiendo su punto de vista acerca de la reforma necesaria a las formas clásicas del Cuarteto, la Sinfonía, la Sonata y el Concierto, con el propósito de buscar un máximo de UNIDAD IDEOLÓGICA y a la vez que lograr una polifonía equilibrada en los distintos movimientos.

Esta tesis está perfectamente ilustrada en el Cuarteto en Mi bemol, en cuyo tema inicial se desarrolla en los cuatro tiempos, siguiendo las leyes del más estricto contrapunto y logrando un magnífico resultado”. Jean Etienne Marie. Francia.

“El Cuarteto en Mi bemol, de Julián Carrillo, merece un comentario especial. Se trata de una obra en cuatro tiempos magníficamente desarrollados. El primer movimiento, de forma Sonata, contiene una alegría desbordante que contrasta con la dulzura un tanto campesina del segundo tema. La majestuosidad solemne del tema introductivo, nos sugiere las catedrales góticas, pero no en la ojiva medieval, sino en aquel horizonte que el santo llamó: suprema alegría espiritual. El Allegretto traza en las arcadas una serie diagonal que se funde en una urdimbre sonora que a Stamitz hubiera asombrado. El Scherzo, ternario y vivaz, contiene la pasión juvenil del compositor, la cual conserva hasta hoy, desde su casona señorial de San Ángel. Y por último, el Allegro con Fuoco, es una verdadera lección de contrapunto que el revolucionario maestro deja a los jóvenes de hoy, que pierden sus inquietudes en ensayos sin sentido”. Ricardo Mungarro en La Prensa. México.

“Una positiva revelación fue escuchar el Cuarteto en Mi bemol de Julián Carrillo, escrito en Bruselas cuando tenía 28 años.

Se trata de una obra de concepción monumental en su tratamiento contrapuntístico y en sonoridades que llegan a las fronteras de la atonalidad.

La seriedad y profundidad de su trabajo está demostrado por el absoluto dominio de las formas clásicas y de la composición tradicional. El término “tradicional” es muy relativo en el Arte de Carrillo; que está más allá de lo que podamos imaginar, lo demuestra al hecho de que, habiendo compuesto esta obra en 1903, abandonó después todos los sistemas tradicionales y se lanzó de lleno a la investigación de las fracciones de tono, abandonó los tonos y los semitonos para vivir dentro de un universo sonoro al cual la cultura occidental tendrá algún día que dirigirse. Era inevitable que se quedara absolutamente solo, que se le tratara como loco y se le declara la guerra… Pero esto entre nosotros es un privilegio” Mario Beauregard. “México en la Cultura.” Novedades, México 1965.

EDICIÓN PRIVADA

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