Descripción
JULIÁN CARRILLO (1875-1965)
horizontes
preludio a colón
concertino pour piano en 1/3 de ton
concertino für klavier in 1/3 tönen
orchestre des concerts lamoureux
direction / leitung : julian carrillo
JULIAN CARILLO nació en 1875 en el pueblo de Ahualulco. Su padre, un agricultor, perdió todo lo que poseía en las guerras que rodearon al emperador Maximiliano. Fue así como el niño, que quedó huérfano a los tres años, conoció lo peor de la miseria.
Debido a que un músico del pueblo vecino (San Luis Potosí) necesitaba un guía para su madre ciega, se llevó al niño con él. El aprendizaje musical de Carrillo se inició en un ambiente de infancia atormentada. El niño mostró talentos extraordinarios: aprendió a tocar el violín por sí mismo a la edad de diez años. Quince años después se reencontró como violinista solista con la Orquesta Gewandhaus de Leipzig. Allí también compuso su primera sinfonía. Su vida, que hasta ahora le ha parecido fantástica, habría dado paso a la de un músico profesional si no hubiera intervenido la revolución mexicana. En las aguas turbulentas de la vida política, Carrillo lanzó al mundo el llamado de su revolución musical: ‘Sonido Trece'”.
¿Qué es?
Carrillo, hijo de campesino con sangre india, se enfrentó a nuestra música clásica de la manera más brutal, sin ningún período de ajuste estético-social. En otras palabras, los escuchó con oído y comprensión de los fenómenos sonoros inherentes a las sensibilidades más antiguas de su raza. En México quedó asombrado al descubrir las leyes básicas de la acústica sobre la división de las cuerdas, y prosiguió sus experimentos con la mayor pasión hasta que escuchó armonías que le dieron la sensación de una decimosexta parte de un tono. A lo largo de sus estudios clásicos soñó con multiplicar los sonidos. Pero lo que quería lograr parecía tan poderoso que necesitó nada menos que la Revolución Mexicana para finalmente animarse a difundir su mensaje.
En el orden natural de las armonías, el acorde básico se repite de octava en octava, según la acústica clásica. Carrillo ve esto como nada más que una aproximación a la realidad, y afirma “que en realidad todos los tonos que producen las armonías son diferentes”. El compositor ahora formuló los principios sobre los que debería construir su nueva música: “Cada vibración es un tono musical” (1917); puede en el rango de 30,000 tonos, que el oído humano puede captar, dibujar libremente. ¿Por qué, dice Carrillo, se quiere limitar la octava a doce tonos? Si queremos mantener estos intervalos como puntos de orientación, podemos expandirlos en 18, 24, 30… 96 partes, que luego nos dan las terceras, cuartas, quintas… y decimosextas de un tono.
El artista no dudó en afrontar los problemas de renovación de la estructura musical y los de una nueva forma de escribir. A partir de 1920 reunió el material necesario para componer, y poco después presentó al público un concierto de sus obras, entre las que se incluyó el “Preludio a Colón” aquí grabado. En 1927 tuvo la idea de montar quince pianos (teclado normal, marco especial) que permitieran escuchar y componer en quince estados de ánimo diferentes y que también permitieran el paso de una misma estructura musical a través del filtro de los distintos estados de ánimo. Desafortunadamente, al compositor se le concedió que estos pianos no podrían construirse antes de 1958. Sin embargo, un primer borrador que había escrito en vísperas de la guerra le había permitido componer el “Concertino para piano en terceras”.
La figura del descubridor Cristóbal Colón no dio descanso a los pensamientos visionarios del músico. Pero el sentido de trascendencia de este mundo vislumbrado velaba su mensaje con humildad. Cierto, en los cuartos de tono se conocía a sí mismo en aguas familiares y extendió mucho su lirismo, pero en los tonos tercero y decimosexto, uno lo siente explorando nuevos “horizontes”. Lo hace con un poco de anticipación y un poco de miedo, de lo que surge de pronto un soplo de fama y la embriaguez del explorador, que es el primero en adentrarse en tierras desconocidas.
Jean-Étienne Marie.
Este disco grabado en estereofonía, gracias a una nueva técnica, puede leerse en cualquier tocadiscos moderno equipado con un cabezal de luz. Sin embargo, los efectos estereofónicos solo serán reproducidos por un dispositivo estereofónico.
PHILIPS
Imp. Jean Colombet – París-15e
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